Pasaporte Cultural.

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El rubro artístico fue uno de los más golpeados por la pandemia. Luego de ocho meses de inactividad en 2020 y un regreso desde el 13 de noviembre con estrictos protocolos, los teatros volvieron a bajar el telón hace unos días, en abril, a raíz de las restricciones a la circulación nocturna que anunció el gobierno.

En estas horas, ante las graves consecuencias económicas que continúan impactando en nuestro sector, en representación de la Asociación Argentina de Empresarios de Teatro y Música (A.A.D.E.T.) junto a la Asociación Argentina de Actores (AAA), el Sindicato de Músicos (Sadem), la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores), el Sindicato Único del Espectáculo Público (SUTEP) y la Unión de Maquinistas de Teatro propusimos a las autoridades una iniciativa que reemplace la queja en propuesta. Se trata del «Pasaporte Cultural», un recurso que se implementó con éxito en otros países y que consiste en que las entradas a los diferentes espectáculos o actividades culturales sirva como constancia para que los espectadores puedan circular en los horarios en los que no está permitido.

Siempre nuestra premisa fue priorizar la salud. Anunciamos en marzo del 2020 un año perdido para nuestra actividad y en el caso de nuestra empresa colocamos una enorme marquesina sobre la Av. Corrientes de Buenos Aires: ‘Bajemos el telón para cuidarnos. Habrá tiempo para volver al teatro’. En esos ocho meses cerrados trabajamos a conciencia. Ese trabajo -junto a los responsables de Salud y Cultura, sumando a los circuitos teatral y musical Independiente y Público- permitió arribar a un estudiado protocolo, el cual resultó ponderado públicamente por las más altas autoridades nacionales y de otras jurisdicciones.

Lo estricto de dicho protocolo hizo que no fuera uniforme la apertura. No todos los espectáculos pudieron volver, pero tuvo a favor el valor simbólico del regreso de las artes escénicas. Fueron cinco meses de funciones con minuciosos cuidados. La prensa también fue testigo y difundió masivamente la cuidada realidad. Los responsables del espectáculo antepusimos la salud de los artistas, trabajadores y público. Fue una airosa experiencia cultural y sanitaria.

Sin embargo desde el 16 de abril nuestra actividad teatral y musical volvió a clausurarse, ahora ante la segunda ola de nuestro único enemigo: el Covid-19. No se puso en duda nuestra tarea, la cual aprobó generosamente cada paso que le correspondió transitar en la pandemia. Hoy la restricción está centrada en la circulación horaria, pero a la vez se impuso el cierre para el espectáculo en vivo, renovando el perjuicio que impacta en la economía de la masa de trabajadores/as de las artes escénicas, artistas y Pymes culturales».

Como consecuencia, algunos impulsamos una propuesta que esperamos pueda implementarse en caso que continúen las limitaciones en el horario de circulación. El ‘Pasaporte Cultural’ es el vehículo para resolver el tránsito en la vía pública de espectadores, artistas y trabajadores teatrales y musicales. Seguimos priorizando la salud como desde hace catorce meses. Dimos las pruebas. Corresponde con creatividad defender el trabajo.